En Granada se escuchó por primera vez la palabra “Biomímesis” gracias a los talleres que comenzó a dar Theresa Millard a todo el que se interesaba por el tema o quería aprender el significado junto con todo lo que podía aportar al mundo que nos rodeaba.
Poco a poco se fueron interesando más personas y se fueron generando más sinergias. Al paso del tiempo se estableció un grupo de trabajo comprometido con la creación y mantenimiento de un proyecto que se iba a llamar Biomimicry Granada.